La economía circular es un modelo económico de consumo y producción que implica en su proceso el compartir, rentar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar los materiales y productos existentes y ya fabricados durante el mayor tiempo posible antes de ser desechados.
De esta manera, ayudar a controlar, por parte de la industria privada (y en algunos casos regulada por el estado), a controlar el cambio climático.
El modelo lineal basado en “tomar-hacer-desechar”, es el proceso tradicional de fabricación se bienes que en gran medida contribuye con el cambio climático y el agotamiento de los recursos naturales en todo el planeta.
En la actualidad hay miles de empresas que han adoptado el modelo de economía circular en el que ayudan en sus procesos a convertir residuos en recursos ayudando en la gestión, reutilización y reciclaje de estos.
La implementación de la economía circular en las empresas tiene un impacto directo en la lucha contra el cambio climático, pérdida de biodiversidad, en la prevención de generación de residuos y de contaminación.
Por ejemplo, el uso del acero reciclado o reutilizado para la construcción de edificaciones tiene hasta un 25% de ahorro en los costes de material. Es decir, hay beneficios generalizados para el medio ambiente y para la economía.
Estudios recientes en América Latina sugieren que la adopción de la economía circular puede crear un incremento en el los puestos de trabajo de 4.8 millones.
Y para todo esto es necesario que el modelo de economía circular aproveche el potencial de la Cuarta Revolución Industrial.