No todas las personas nacen con talento para escribir. Pero sí prácticamente cualquiera puede desarrollar hábitos para mejorar la calidad y entendimiento de su escritura.
Como emprendedor, una buena estrategia para convertirte en una autoridad en tu industria y para promoverte (a ti y a tu negocio) es redactar entradas para tu blog o para el de otro medio en el que participes como guest blogger. Por eso, te comparto algunos sencillos consejos que te ayudarán a mejorar rápidamente la forma en que te expresas con las letras:
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No hacerlo es una equivocación que muchos cometen. Antes de sentarte a escribir asegúrate que tienes algo que decir y define claramente cómo lo quieres expresar. No centres tu escritura en las palabras, sino en las ideas que quieres transmitir. Piensa: ¿Cuál es el objetivo de este post? A partir de ello empieza a construirlo.
Para brindar una escritura fluida debes usar correctamente los signos de puntuación. Evita los párrafos eternos de una sola oración. Y siempre que estés tentado a escribir una coma piensa si se puede sustituir por un punto.
Las descripciones son importantes para conseguir una buena narrativa, pero muchas personas abusan de los adjetivos y adverbios. Revisa tu texto y observa todas las palabras que puedes eliminar (por ejemplo: muy, realmente, quizás, asombroso, increíble, verdaderamente, justo). Como expresó el cuentista Horacio Quiroga “Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil”.
La amplitud de vocabulario, así como el nivel cultural de una persona se notan en el uso excesivo de palabras. Busca sinónimos o conceptos que pudieran reemplazar lo que escribiste. Lo primero que debes hacer es encontrar tus muletillas (las palabras que repites constantemente), buscarlas en tu texto con la funcionalidad en Word de Ctrl + B y cambiarlas por otras. El idioma español es sumamente amplio; aprovéchalo.
Ojo con este punto, si eres redactor de SEO sabrás que no es lo mismo muletillas que palabras clave, cuando se escribe un articulo para posicionamiento en buscadores se procura colocar varias veces la palabra clave y sus sinónimos para así lograr un mejor entendimiento del tema para el robot de rastreo.
Cuando realices un texto, sobre todo si es largo, piensa en dividirlo en subtemas y usar cabezas intermedias. Esto ayuda a descansar la vista y a hacer más fluida la lectura.
La mayoría de las veces puedes omitirte signos de puntuación como los paréntesis y los guiones agregando puntos o comas. De esta manera la escritura se ve más limpia. También evita el exceso de negritas y letras itálicas; analiza bien qué necesitas resaltar y hazlo únicamente cuando amerite.
Podría sonar obvio pero no todos lo hacen. Aunque la herramienta de Word es bastante funcional, ten en cuenta que no arregla todos los errores, en especial si se tratan de acentos diacríticos. Si no sabes cómo se usa una palabra, simplemente no la uses. Lo mismo ocurre cuando se trata de gramática.
Para conseguir que tus posts ganen tracción es esencial que definas cuál será tu voz, tono y estilo de escritura. No intentes sonar muy distinto a como hablas, ya que el lector lo notará, y tampoco trates de imitar el estilo ni las ideas de alguien más. Ojo: nunca escribas de un tema del que no conoces.
En el Periodismo, hay varias formas de estructurar un texto. La más sencilla (y que te puede servir al redactar tus entradas) es la de pirámide invertida, que consiste en ir de lo más a lo menos importante. También es recomendable que en el primer párrafo respondas las principales cinco preguntas: ¿qué?, ¿quién?, ¿cuándo?, ¿cómo? y ¿dónde
Como en una buena obra de teatro o película, el principio es básico para cautivar a la audiencia; mientras que el desenlace es lo que más recordará el espectador en el largo plazo. Procura iniciar y terminar tus textos con fuerza. Una buena idea es comenzar con una pregunta y acabar con la respuesta.
Para ser un buen escritor es necesario ser un buen lector. Los libros, artículos, revistas y posts pueden entregarte muchas ideas sobre cómo narrar una historia, así como pistas de ortografía y vocabulario. Lee sobre diferentes temas y autores; además podrás usarlos como referencias en tus textos.
Antes de escribir piensa a quién está dirigido tu mensaje. Imagínate cómo es tu lector, ¿cuáles son sus intereses? ¿qué tipo de lenguaje usa? ¿dónde leería tu texto? Tener esto en mente te servirá para elegir tu tono y tus temáticas.
Haz de la escritura un hábito. No necesitas redactar 10 cuartillas, sino tener un diario o bloc donde todos los días escribas algunas ideas o pensamientos. Igualmente, define y cumple fechas de entrega o publicación de tus entradas.
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Este ejercicio te ayudará a notar si la fluidez y tus pausas son correctas. Si al leer una oración te quedas sin aliento, es momento de añadir un punto. Si notas que tus palabras producen cacofonía (repetición de sonidos) reemplázalas por otras.
Antes de publicar un texto pide a alguien de confianza -pero que no sea erudito del tema- que te dé su retroalimentación y se convierta en tu ‘editor’ si no tienes uno propiamente. Así sabrás en qué punto ahondar, qué cortar y si hay alguna frase confusa.
Como en todo, más no es mejor. Deshazte de esas frases repetitivas que no aportan nada. Un buen texto no se mide por su longitud.
Lo que para nosotros es completamente comprensible, para el lector puede que no lo sea. No escatimes en la definición de conceptos ni creas que son obvios para “todo el mundo”. Cuando hables de un personaje agrega una descripción; haz lo mismo con instituciones y empresas.
Ésta es otra estrategia para hacer más fácil y entendible un texto. Cuando sea posible, no dudes en enumerar tus puntos o en agregarles un guión a ciertas reflexiones o conclusiones.
Igual que en muchas otras actividades de tu negocio (como elaborar presupuestos) escribir también requiere de enfoque y concentración. Así que antes de escribir asegúrate de encontrarte en un ambiente relajante que invite a la inspiración. De ser posible apaga tu celular, alertas de Skype y cualquier otro elemento que pudiera distraerte.
La mayoría de los errores puede evitarse, o al menos disminuirse, con una revisión. Lee cuidadosamente tu texto, revisa tu ortografía y las palabras que usaste. Por otro lado, no caigas en el perfeccionismo: siempre sentirás que tu texto puede mejorar, por lo que debes saber cuándo dejarlo ir o, de lo contrario, nunca lo publicarás.