Comienza la reactivación económica postpandemia, y es momento de que comencemos con nuevos proyectos y nuevas ideas, ¿Estás listo para obtener la actitud emprendedora?.
A muchas personas les es sumamente difícil encontrar los éxitos que han tenido a lo largo de su vida y sin embargo, hay cientos y miles de los que enorgullecerse, estamos en una nueva etapa de la vida y es hora de juntar muchos mas.
En su libro, si lo Crees, lo Creas, Brian Tracy nos dice que pensemos en el “éxito”, en la Universidad de Pennsylvania, entrevistaron a un promedio de 350 mil personas para descubrir en qué pensaban la mayor parte del tiempo. Resultó que el 10% del grupo, el más exitoso y el más feliz solo pensaba dos cosas la mayor parte del tiempo. Lo que querían y cómo lograrlo.
Una vez aclarado que en la mayoría de los casos no somos capaces de reconocer nuestros éxitos, creo importante recalcar que es esencial identificar lo que significa el éxito para cada uno de nosotros, porque, de lo contrario, ¿cómo si no vamos a reconocerlo cuando llegue? Imagina que alguien te dice: “Quiero lograr el éxito”. ¿Cuál es la pregunta que seguramente le harás a continuación? Exacto. “Sí, Fulanita, pero ¿qué éxito? ¿El éxito en qué? ¿Qué es el éxito para ti?”. Hasta que no definamos detalladamente lo que esa palabra significa para cada uno de nosotros, difícilmente podremos alcanzarlo y una recomendación es tomar un cuaderno y escribirlo, al tenerlo por escrito es mucho más sencillo que lo analicemos.
Cada uno de esos éxitos de los que hablaba, aprender a caminar, a conducir, a leer, fueron, al comenzar, una forma de emprendimiento. De acuerdo que es diferente, no se trata de emprendimientos como lo entendemos hoy en día. Pero para mí emprender significa iniciarse en algún tipo de actividad nueva. Por tanto, cualquier actividad que emprendemos como algo nuevo, desconocido, se puede considerar un emprendimiento y por este razonamiento, las habilidades que se requieren son las mismas. Esas capacidades, aptitudes habilidades y recursos personales, o están dentro de ti o las puedes aprender.
Todo lo que no se ha aprendido ya, se puede aprender. Algo muy diferente es estar dispuesto aprender lo que no se sabe para lograr algo, estar dispuesto y ponerle ganas. Respecto a los recursos que uno ya posee, que todos tenemos multitud de ellos aunque no nos demos cuenta, es cuestión de, bien utilizarlos adecuadamente, mejorarlos, o quizá simplemente tomar conciencia de ellos. (Me he encontrado mucha gente y clientes que desconocen sus propias capacidades).
Es cierto que casi todos los emprendedores reúnen una serie de características comunes, aunque insisto en que si no las tienes, las puedes aprender. Veamos cuáles son y las preguntas que, al hacértelas a ti mismo, pueden orientarte:
Constancia, perseverancia, capacidad de esfuerzo y de trabajo. | ¿Soy una persona que pone todo su empeño cuando hace algo que de verdad le importa? ¿Me desanimo con facilidad? ¿Tengo la capacidad de trabajar muchas horas extra, fines de semana etc. para lograr un negocio exitoso? ¿Estoy dispuesto a renunciar a otras cosas que ahora tengo/hago? ¿A cuáles? ¿A cuáles no? |
Capacidad ante la inseguridad, la incertidumbre, sucesos inesperados | La incertidumbre, ¿me estimula o me causa inseguridad? ¿Me bloqueo ante los imprevistos? |
Capacidad de decisión | Cuando tomo decisiones, ¿lo hago a lo loco o me tomo un tiempo prudente? ¿Soy una persona decidida, vehemente e impulsiva, indecisa, timorata? |
Capacidad de conceptualizar una empresa en su totalidad | ¿Tengo las habilidades necesarias para administrar una empresa? Soy bueno en la elaboración del producto final pero, ¿deseo dirigir la empresa en todos sus ámbitos? |
Las anteriores son características esenciales de un emprendedor. Mientras que no es necesario que contestes positivamente a todas las preguntas, tres o cuatro respuestas indecisas son indicio de que deberías pensar en trabajar esto antes que nada. Si no estás dispuesto o dispuesta a fomentar estas características básicas, quizá es mejor que no te lances a emprender un negocio o una actividad en la cual no vas a poner toda la carne en el asador.